Quiero abrirte mi corazón como un niño, que solo tiene sueños y deseos tiernos, lindos, de una vida plena llena de cosas buenas en las que imaginamos que al crecer seremos felices y tendremos todo lo necesario para estar saciados y disfrutar a plenitud de una juventud , de una vida de adultos hasta una vejez donde estemos, felices por siempre... Este es el pensamiento de un niño que crece bajo cualquier circunstancia, creyendo que adelante todo estará resuelto y todo irá bien.
Pero irremediable por un momento, es darnos cuenta de que no era así, vamos creciendo y aprendiendo poco a poco y algo inexplicable sucede,(Zasssss, plinnnn, plunnn. Plasss) una venda cae frente a nuestros ojos y es cuando conocemos que existe algo raro, distinto, nuevo, se llama bien y mal, izquierda o derecha, que es esto? arriba y abajo... hay una apertura una claridad que se hace palpable, el conocimiento el entendimiento la toma de decisiones, es visible es una realidad, totalmente distinta a nuestro sueño tan lindo y perfecto, cierto... pero ya, stop, no sigas triste al descubrir que no es así, no te quedas parado frente al futuro, petrificado, paralizado como dejándote llevar por la corriente, por lo común, ni por lo que el resto o la gran mayoría hace como lo que es correcto o simplemente natural, como si no existiese nada mas, porque hay un camino hay una verdad y hay una vida distinta, muy distinta a la que hemos transitado y que debemos darnos la oportunidad de explorar y conocer.
De lo que te hablo hoy, no es religión no es magia o un espejismo....
De quien te hablo hoy, es de una verdad que aparece en nuestro manual de vida (Biblia)
Que te invito a conocer a escudriñar a leer porque allí esta el personaje, la dirección, la manera, la forma y la realidad de nuestra vida y de nuestro propósito realmente verdadero sin duda alguna...
Y ahora, que ya algunos hemos transitado por la vida, sufriendo cualquier tipo de situación, viendo que falta algo, que aún conociendo a Jesucristo no somos efectivos, no podemos seguir igual y preguntarnos;
¿por que fallamos?, ¿por que seguimos pecando?
¿que es esto que no nos deja vivir a plenitud?...
¿Sera que no hemos cambiado nuestra manera de vivir?
Esta pregunta me golpea y me hace pensar que al parecer todavía soy ese niño que sueña, que sin hacer nada, sin determinación, sin actitud, sin sacrificio, voy a lograr alcanzar conocer la verdad.
Porque a pesar de conocer A mi Dios sigo en lo mismo , esto no parece tener sentido para mi, algo me falta
Y se trata conocer y estar seguros de que el día que creímos en el recibimos a esa persona hermosa, bondadosa gentil y genial que es el ESPÍRITU SANTO sin el cual no tenemos ni el mas mínimo chance ni oportunidad alguna de saber ni conocer que es vivir y no solo eso sino vivir bien, te hablo de tener dirección, con sentido, con elegancia, distinción, calidad, integridad, santidad, humildad, bondad y sobre todo con AMOR,(El amor cumple con los requisitos de Dios) Romanos 13;8-14
que forma el vinculo perfecto para vivir a plenitud de esto que te hablo hoy, es el toque distintivo que hace falta arrope nuestra vida, y dejemos que dirija cada momento y detalle por muy pequeño que parezca de nuestra vida, y entonces solo entonces, seremos verdaderamente libres a experimentar lo que es VIVIR
(Vivir como hijos de luz)Efesios 4;17-32
Por eso les digo: dejen que el Espíritu Santo los guíe en la vida. Entonces no se dejarán llevar por los impulsos de la naturaleza pecaminosa. La naturaleza pecaminosa desea hacer el mal, que es precisamente lo contrario de lo que quiere el Espíritu. Y el Espíritu nos da deseos que se oponen a lo que desea la naturaleza pecaminosa. Estas dos fuerzas luchan constantemente entre sí, entonces ustedes no son libres para llevar a cabo sus buenas intenciones, pero cuando el Espíritu los guía, ya no están obligados a cumplir la ley de Moisés.
Cuando ustedes siguen los deseos de la naturaleza pecaminosa, los resultados son más que claros: inmoralidad sexual, impureza, pasiones sensuales, idolatría, hechicería, hostilidad, peleas, celos, arrebatos de furia, ambición egoísta, discordias, divisiones, envidia, borracheras, fiestas desenfrenadas y otros pecados parecidos. Permítanme repetirles lo que les dije antes: cualquiera que lleve esa clase de vida no heredará el reino de Dios.
En cambio, la clase de fruto que el Espíritu Santo produce en nuestra vida es: amor, alegría, paz, paciencia, gentileza, bondad, fidelidad, humildad y control propio. ¡No existen leyes contra esas cosas!
Los que pertenecen a Cristo Jesús han clavado en la cruz las pasiones y los deseos de la naturaleza pecaminosa y los han crucificado allí. Ya que vivimos por el Espíritu, sigamos la guía del Espíritu en cada aspecto de nuestra vida. No nos hagamos vanidosos ni nos provoquemos unos a otros ni tengamos envidia unos de otros.
GALATAS 5;16.26
DE CUMPLIR ESTO, ESTAREMOS DISFRUTANDO DE UN NUEVO NIVEL DE VIDA...
Te invito a que caminemos juntos esta travesía...